6 Entonces les contó esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, pero cuando fue a buscar fruto en ella, no encontró nada. 7 Así que le dijo al viñador: “Mira, ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no he encontrado nada. ¡Córtala! ¿Para qué ha de ocupar terreno?” 8 “Señor —le contestó el viñador—, déjela todavía por un año más, para que yo pueda cavar a su alrededor y echarle abono. 9 Así tal vez en adelante dé fruto; si no, córtela.” Lucas 13:6-9
Si no producimos buen fruto, entonces estamos ocupando inútilmente espacio. Dios tiene un plan para nosotros después de La Salvación; de otra manera, nos habría sacado del mundo. Si no cumplimos Su plan, entonces solamente estamos ocupando un espacio, sin hacer ningún bien a Dios, a nosotros mismos ni a nadie más.
Cuando seguimos nuestro propio camino y no el de Él, en verdad, no estamos glorificándolo ni mostrándole a otros Su bondad. Agradecemos que el Labrador (el Jardinero) este siempre dispuesto a trabajar en nosotros un poco mas de tiempo. Aunque nos demos por vencidos, Él rehusa hacerlo con nosotros. Cualquiera que tenga el Espirítu Santo viviendo dentro de si, puede producir el fruto del que hablo:
Amor, gozo (alegría), paz, paciencia, benignidad (amabilidad), bondad, fe (fidelidad), mansedumbre (humildad), templanza (dominio propio).
Estas cosas deben ser desarrolladas! como cualquier planta, pero todos los creyentes tenemos dentro lo necesario para producir esa clase de fruto.
Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. Juan 15:4
Como Jesús nos dijo en Juan 15.4, ninguna rama puede producir fruto por si misma; para poder dar fruto, debe permanecer en la Vid. Por esta razón, la comunión con el Padre, Hijo y Espíritu Santo es lo mas importante. Necesitamos permanecer en la presencia del Señor. Como la planta necesita la luz del sol para crecer, nosotros necesitamos la “luz del Hijo” para hacerlo. Así como las plantas deben ser regadas, así Jesús riega la Iglesia con la Palabra de Dios.
Si seguimos el plan prescrito para producir fruto -ser plantados, arraigados y cimentados con plena luz del Hijo, regados con agua de la Palabra y sometidos al trabajo del Jardinero.
¡ Produciremos Fruto !
Fuente: www.vidacristiana.com - Joyce Meyer
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