El cuidado del misionero es el cumplimiento del mandamiento de amar al prójimo y la expresión natural de nuestra comunión. Esto va más allá de los cuidados básicos; es algo voluntario, planeado, es un compromiso de recursos compartido por todos los que pertenecen a esta misión (adultos, jóvenes, niños, obreros del campo y la iglesia). Este esfuerzo cooperativo para apoyar a los misioneros es la evidencia de la unidad por la cual Jesús oró en Juan 17.
“La Misión de Enviar” sugiere algunas áreas de cuidado:
ESPIRITUAL
Mantenernos en oración constante por cada uno de ellos, por sus peticiones, por cobertura, por nuevas fuerzas, etc.
MORAL
En este punto, mientras a usted le sea posible, hágale saber al misionero que usted lo tiene presente. Por ejemplo, puede enviarle un correo electrónico. Recuerde fechas importantes como cumpleaños, navidad o cualquier momento que usted tenga una palabra de motivación.
FINANCIERO
Sea fiel y puntual con su aporte económico.
Conclusión
Si queremos que los pueblos y naciones lleguen al conocimiento pleno de Jesús; alguien tendrá que ir a “Predicar el Evangelio”.
Este alguien debe ser considerado por nosotros una pieza muy importante e imprescindible que deberá ser cuidada (chineada) para que pueda cumplir con éxito.
SU MISION…
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